En Zentzuz Kontsumitu creemos que la apuesta por el Comercio Justo es una de las alternativas al alcance de nuestra mano para avanzar hacia un modelo económico más responsable y transformador. Te recordamos que en nuestra ciudad existen ya varios establecimientos en los que puedes adquirir esos productos. Por eso, nos hacemos eco de esta noticia lanzada por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo:
33,2 millones de euros fue la facturación de productos de Comercio Justo registrada en el Estado español en 2014, lo que supone un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Así lo recoge el informe “El Comercio Justo en España 2014. Sector textil e injusticia comercial”, presentado el viernes 25 de septiembre en Madrid por Coordinadora Estatal del Comercio Justo.
La principal razón que explica el incremento de las ventas es el creciente número de espacios donde se pueden encontrar estos productos. De hecho, según el informe, las compras en grandes superficies aumentaron seis puntos respecto al año anterior. Actualmente, el 35% de las ventas se produce en estos establecimientos, en tanto que en el canal HORECA (hostelería, restauración y catering) la cifra asciende al 37%. Con un porcentaje más bajo, del 23,8%, se sitúan los minoristas. Dentro de este grupo, las compras realizadas en tiendas de Comercio Justo supusieron 5,9 millones de euros (17% del total), lejos de los más de 11 millones obtenidos en 2009. “En estos establecimientos especializados, del pequeño comercio, es donde se notan los efectos de la crisis.”, explicó Juan José Martínez, vicepresidente de la CECJ. “Los clientes no han disminuido pero sí el gasto que realizan”, añadió.
Los datos reflejan que la alimentación sigue siendo la protagonista indiscutible, con un 90% de la facturación. Solo un producto, el café, genera el 42% de los ingresos, aunque el azúcar va ganando terreno ya que ha aumentado en 4,5 puntos sus ventas respecto al año pasado. Ambos productos junto con los dulces (productos elaborados con azúcar y/o cacao) son los responsables de casi tres cuartas partes de las ventas. Por otro lado, la artesanía se mantiene estable, aunque en niveles bajos. En este subsector lo más vendido son los complementos, seguidos de los artículos textiles, que representan un 1,5% de la facturación. Por su parte, la cosmética aumenta sus ventas que constituyen un 2% del total.
De los productos de Comercio Justo vendidos, una mayoría (77%) cuenta con el sello Fairtrade, la certificación más extendida a nivel mundial que garantiza el cumplimiento de los principios del Comercio Justo. De ellos, una parte ha sido distribuida por las organizaciones importadoras de Comercio Justo, pero la mayor parte lo ha sido a través de empresas convencionales. Desde el 2008, año en que comenzó la expansión de Fairtrade en España, los productos certificados por dichas empresas han pasado de los 60.000 euros a los 19,6 millones en 2014. Por otro lado, el 23% de los productos de Comercio Justo vendidos en nuestro país cuentan con otros sellos de certificación o con el aval de la Organización Mundial del Comercio Justo.
Pese al crecimiento y a la expansión del sector, el Estado español sigue estando a la cola de consumo de Comercio Justo en relación con el resto de Europa. En nuestro país, en 2014 el gasto medio por habitante en estos productos fue de 0’7 euros, muy lejos de la media europea que se sitúa en 13,4 euros. En este sentido, por debajo solo se encuentran la República Checa, Letonia y Lituania. Por el contrario, los países europeos donde el Comercio Justo genera más ingresos son Suiza (44 euros por habitante y año), Reino Unido (32 euros) y Finlandia (29 euros).
Otro dato que refleja el informe es el gasto que las Administraciones Públicas realizan en productos de Comercio Justo, que es apenas de un 0,09% de la facturación total. Una cifra que ya era exigua antes de la crisis (no llegaba al 1%) y que en estos años ha ido descendiendo. “Queremos hacer una llamada de atención a los y las responsables políticos para que en los contratos de suministros y licitaciones favorezcan los criterios sociales y medioambientales, como los del Comercio Justo. Para las administraciones los criterios económicos no pueden ser los únicos que se tengan en cuenta a la hora de decidir”, declaró J. Martínez.