El consorcio Zentzuz Kontsumitu – Consume con sentido lleva más de 10 años de andadura con el objetivo final de convertir a Vitoria-Gasteiz en una ciudad referente en el modelo de Economía Social y Solidaria basada en un Consumo Consciente, Responsable y Transformador y que ponga la sostenibilidad de la vida en el centro.
En este marco, hace algunos años hicimos una apuesta por trabajar la Compra Pública Responsable, pues entendíamos que era una herramienta poderosa para impulsar el consumo consciente, responsable y transformador dentro de la administración pública y que, de asumirse por parte de la administración, podría suponer un cambio de paradigma importante.
Afortunadamente este cambio está cada vez más cerca. Las novedades en la legislación han introducido cambios para que la contratación de productos y servicios por parte de la administración se convierta en herramienta transformadora, impulsando que las contrataciones públicas no se limiten a garantizar la provisión de un servicio o suministro al uso, sino también a la consecución de objetivos sociales y ambientales. Por ejemplo, la igualdad de género, el desarrollo sostenible, la inclusión social o el respeto a los Derechos Humanos. Se trata de una poderosa herramienta para cambiar la sociedad y sus formas de relación laboral, económica, social, medioambiental, etc.
El potencial transformador de estas prácticas socialmente justas y responsables por parte de la administración es enorme si tenemos en cuenta que la contratación pública supone entre un 15% y un 20% del Producto Interior Bruto del Estado español, lo que convierte al conjunto de las administraciones públicas en el principal empleador del estado y en el mayor consumidor.
La entrada en vigor en 2018 de la nueva Ley de Contratos del Sector Público supone un gran paso para conseguir una sociedad más justa y solidaria, ya que contempla medidas como prohibir la posibilidad de contratación sin publicidad, promover la contratación de PYMES e incluir en sus criterios de adjudicación aspectos medioambientales, sociales y de innovación.
Es un punto de inflexión, ya que hasta ahora el criterio que primaba en la contratación pública era el abaratamiento de costes y la “oferta más ventajosa”.
Es un evidente cambio de paradigma cultural en el que las administraciones públicas tienen la oportunidad de poner en el foco las necesidades de la sociedad en unos pliegos de contratación que contribuirán a mejorar la calidad de vida de determinadas personas y de la sociedad.
Creemos que se puede hacer una ciudad mejor a través de un pliego de contratación como herramienta que vela por las necesidades de la sociedad.